Seguros Educativos
En México, el sistema educativo se conforma de tres etapas: educación básica (preescolar, primaria y secundaria), media superior (bachillerato, estudios técnicos o comerciales con secundaria terminada y normal básica) y superior (profesional, maestría y doctorado).
De acuerdo con el II Censo de Población y Vivienda 2006 del INEGI, en México la población con estudios superiores y de posgrado representa el porcentaje más bajo (13.6%) con respecto a la población que cuenta con otro grado de educación, ya sea primaria (17.7%), secundaria (26%) o media superior (18.5%).
El bajo porcentaje de alumnos con título a nivel licenciatura, maestría o doctorado tiene que ver con la deserción escolar en ese nivel. Según las Estadísticas de Educación 2004 a 2005 del mismo INEGI, sólo ocho de cada 100 alumnos concluyen sus estudios superiores. Más todavía, de acuerdo con el informe sobre Educación Superior en América Latina y el Caribe 2000-2005, de la UNESCO, una de las principales causas de deserción escolar universitaria es el factor económico.
Ahora bien, las cifras obtenidas de la Encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares 2006 del INEGI, revelan que el gasto trimestral en educación (12.5%) ocupa el tercer lugar en el gasto familiar, sólo por abajo del gasto en alimentación (29.4%) y transporte (18.9%).
Ante este panorama, los seguros educativos son una alternativa para hacer frente a los gastos y las eventualidades futuras relacionadas con la educación de los hijos. Con respecto a la educación superior el maestro Jorge Alberto Dettmer González, Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, comenta lo siguiente: "En la actualidad, para el desempeño de cualquier ocupación o actividad se exigen, además de los conocimientos académicos formales, un conjunto de habilidades, destrezas y aptitudes que sólo se adquieren con la educación superior, que además ofrece beneficios individuales, como mejores empleos, ingresos y mayores posibilidades de ascenso".
¿Que son estos seguros?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) define al seguro educativo como un instrumento financiero, de supervivencia del menor, en el que durante determinado tiempo el padre, madre o tutor paga una prima (cantidad mensual, trimestral, semestral o anual) y el beneficiario recibirá al cumplir 15, 18 o 22 años, una suma asegurada para continuar sus estudios.
La oferta de estos seguros está a cargo de las aseguradoras, que se dedican a la venta de servicios de previsión y protección contra posibles riesgos que pudieran afectar propiedades, bienes y la integridad física de las personas. Los seguros educativos tienen tres componentes:
Ahorro. Son las aportaciones periódicas denominadas primas para alcanzar la suma asegurada.
Seguro. Cubre el riesgo contra invalidez o fallecimiento de los padres o tutores, el cual podría afectar el cumplimiento de la meta.
Inversión. El ahorro acumulado crece con el tiempo para que no pierda su poder adquisitivo.
Los seguros educativos están diseñados para conformar un ahorro que cubra la educación de los menores a través de diversos planes que se diferencían de acuerdo con lo siguiente:
- Cobertura (servicios incluidos o adicionales en el seguro).
- Periodicidad del pago de la prima (anual, mensual, trimestral, etc).
- Edad del menor.
- Sexo, edad y hábitos del contratante (fumador o no fumador).
- Suma asegurada.
La edad del menor sobre la cual se hace el cálculo del seguro educativo regularmente sirve de plazo máximo para el pago del total, es decir, si el seguro se contrata cuando nace el niño, significa que se tiene un periodo de 15, 18 o 22 años para cubrir la suma asegurada según el plan contratado.
El valor de la prima se encuentra en función de la edad del menor al contratar, pues entre más años tenga éste, las primas serán mayores, porque el tiempo para pagar la suma es más corto, y viceversa.
Esta situación no es aplicable en todos los seguros, pues algunos tienen periodos específicos para cubrir la suma asegurada. Por ejemplo, algunos establecen un límite de hasta 5 años para el pago y un límite de edad del menor de 13 años.
En los seguros educativos el monto de la suma asegurada está en función de los ingresos de la familia, pero también de las expectativas académicas para el menor, pues se determina con base en la carrera o estudios de posgrado y, principalmente, con respecto al tipo de escuela, pública o privada.
Por lo general, los seguros educativos van de la mano de una cobertura de exención del pago de primas por fallecimiento o invalidez total y permanente del contratante. Ante estas eventualidades, la aseguradora pagará las primas hasta que se cumpla el plazo del seguro.
La educación es el mejor legado para los hijos y también es el medio que puede garantizarles un mejor futuro en un mercado laboral cada vez más competitivo.
Así los seguros educativos surgieron como una alternativa para prevenir y garantizar la continuidad de los estudios universitarios y de posgrado, ante imprevistos como invalidez o muerte de los padres o tutores, y más frecuentemente, ante la falta de ingresos económicos.
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